Los argumentos tienen la siguiente estructura: En ellos podemos distinguir los enunciados que expresan las razones (a los que se les suele llamar premisas), el enunciado que expresa aquello que se sostiene (que se suele llamar conclusión) y una relación (a veces se le llama “atinencia”) entre unos y otros. Esta relación es difícil de precisar (y puede ser usada para distinguir unos tipos de argumentos de otros), pero la idea es que la conclusión debe seguirse (al menos, aparentemente) de las premisas, esto es, debe haber algún tipo de tensión entre ellos.
* Inferencia: Es el proceso por le cual se llega a una proposición y se afirma sobre la base de una o más proposiciones aceptadas como punto inicial del proceso. Para determinar si una inferencia es correcta, el lógico examina las proposiciones que constituyen los puntos inicial y final de este proceso, así como las relaciones que existen entre ellos.
* Inferencia: Es el proceso por le cual se llega a una proposición y se afirma sobre la base de una o más proposiciones aceptadas como punto inicial del proceso. Para determinar si una inferencia es correcta, el lógico examina las proposiciones que constituyen los puntos inicial y final de este proceso, así como las relaciones que existen entre ellos.
*Proposiciones: Las proposiciones son o verdaderas o falsas; y en esto difieren de las preguntas, órdenes y exclamaciones. Solamente las proposiciones se pueden afirmar o negar; las preguntas se pueden responder, las órdenes se pueden dar y las exclamaciones pueden pronunciarse, pero ninguna de ellas se puede afirmar, negar o juzgarse como verdadera o falsa
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